
Este es uno de mis términos favoritos en mi lenguaje: ¡DIMENSIÓN DANZA, porque estoy consciente que nuestro arte es polivalente, pues tiene diferentes dimensiones y acariciar, gozar, arrullar cada una de ellas se torna muchas veces en un invariable desafío!
La exposición de cada bailarín va a decir quién es, pues el mejor lenguaje será siempre nuestra corporalidad con sus especificidades. Comunicaremos como somos y que tan sensibles, arriesgados, vulnerables, irreverentes, complicados, cadenciosos, disciplinados y puros podemos ser.🌟
Hablar de la dimensión en cuanto a danza es referirnos a la magnitud, al volumen, al calibre que podemos dar como artistas, visionarios, creativos y a su vez exponer las capacidades que nuestro cuerpo y mente nos permiten explorar, proponer y realizar en una perfecta comunión espíritu-cuerpo-docencia-técnica-artista.
La premisa será tener desintoxicada lo más posible nuestra primera dimensión a plantear: DIMENSION EMOCIONAL, para ello debemos los bailarines y maestros ser capaces de PROFESAR nuestra identidad corpo-espiritual, con los alumnos, compañeros y con el público para liberarnos, teniendo presente la delgada línea a nivel emocional que implica el desterramiento de nuestra contaminación.
Tal vez no seamos felices con todo lo que tenemos y nos rodea… Es imposible lograr el estado de felicidad en su totalidad. Pero, si hay algo en que refugiarnos, resurgir y liberarnos es justamente en LA DANZA. Amo escribir sobre esto y amo lo que representa realmente esta palabra en la vida de todos aquellos que abrazamos nuestro arte en su diversidad, en su aceptación y asentimiento.
La danza es terapéutica desde cualquier óptica que se la analice, es curativa, es un desintoxicante que la humanidad lo tiene a la mano y que solo es DECISIÓN PROPIA tomarla y mejorar.
La danza es la medicina que se receta ante diversas circunstancias de afecciones que involucran el sistema nervioso, ya sea que implique una experiencia positiva o negativa, la danza puede ser una herramienta para transformar, desarrollar, fortalecer, promover estados psicofísicos cada vez más adecuados, según lo que cada cual necesite. La danza involucra aspectos psicológicos, físicos y sociales específicos, es cuestión de orientar dichos aspectos según las necesidades de cada persona y de sus posibles afecciones psicológicas.
En la DIMENSIÓN EDUCATIVA-DOCENCIA, siempre procuro que la danza sea el cable terrenal más real y sublime que mi mente posee, pues a nuestros discípulos les interesa nuestro sentir sobre aquella energía que te recorre y que está motivando a que ese movimiento que sale de tu cuerpo, se convierta en una oración y posteriormente en una historia. A nuestro alumno le concierne enamorarse de que el lenguaje, el recorrido al que lo lleva, sea un enunciado cuyos elementos estén fundamentados, ¡¡EL RESTO DE TU VIDA NO LE INTERESA!!❣️

¡Muchas veces sentimos frustraciones y miedos por aquello que ni siquiera conocemos!!…Y resulta ser que sin darnos cuenta esa inseguridad es lo que más le está llegando a nuestros alumnos. Estamos atravesando tiempos emocionalmente complejos: desesperación a lo incógnito, ansiedad a lo ignorado, miedo a lo oculto, …que nos queda: liberar sabiamente a nuestro espíritu con LA DANZA, para no quedar atrapados y encarcelados por siempre ¡!…Mostrémosle a nuestros educandos que en todo lo que hagamos y que lleve el suspiro de movimiento (aún con límites por reglamentos, preceptos, paradigmas y códigos por ser una actividad específica) HAY LIBERTAD. ¡¡En aquello que no conocemos y anhelamos hay LIBERTAD!! En cada espacio hay que demostrarlo! El mundo necesita oír, ver y sentir EL YO BAILANDO, EL YO GRITANDO, EL YO ACEPTANDO: ESTO ES LO QUE MEJOR HAGO EN ESTE MUNDO, AQUÍ ESTOY PARA SEGUIR APRENDIENDO COMO DOCENTE, COMO ALUMNO, ¡COMO ARTISTA! ¡Permite a tu ego vacacionar, YA ES HORA!! Cada vez que coronamos este punto dimensional de la docencia en danza, la satisfacción no solo será placentera, será total.
Esto necesitamos los artistas, alumnos, maestros y todo aquel que cuente algo con su cuerpo. ¡Necesitamos liberar nuestra esencia dancística! ¡La identificación del bailarín siempre será su expresión corporal y la libertad de ella, lo reafirmo una vez más!
En esta maravillosa DIMENSIÓN de MAESTRO he escuchado: “Mi alumno quiere sentir como yo, ¿mi alumno quiere ser como yo…” …Indiscutiblemente frases que nos colman el espíritu, pero ¿a dónde voy?He conocido maestros con amplia trayectoria, maravillosos humanos, pero por razones personales y ajenas a nuestra danza, han caído en una zona de confort y no han logrado liberarse. De ello debemos proteger y cuidarnos a nosotros mismos, a nuestros alumnos y bailarines. Si algún maestro no suma, no crece junto a ti, simplemente no es parte de este camino, ni de nuestra filosofía. La extensión de nuestro arte requiere docentes y bailarines limpios de alma, ávidos de cultura fresca, anhelante de nuevas formas y afanosos de protesta y renovación.🌹
Cada maestro debe llevar su cadencia como sinónimo de su metodología: No será necesario gritar, será necesario una voz firme y segura para lograr la atención. Será indispensable dialogar en nuestro idioma corporal y vocal para que el alumno interprete y llegue al objetivo y punto que, como maestros, nos hemos planteado.
Debemos lograr en una clase que cada alumno utilice y sienta la medida del sonido, que conciba la compostura de la música, pues cada bailarín lo interpreta de una manera determinada con su expresión corporal. Y todo ello que menciono sino lo estás logrando, ¿QUÉ ESPERAS?, no se trata de educación presencial o virtual, se trata de ENTREGA, DEDICACION, CONVICCIONES, COMPROMISO CONTIGO MISMO, ¡¡y DE CAMBIAR MOTIVANTE E INSPIRADORAMENTE LA VIDA DE TU PUPILO COMO DOCENTE!!
Y en esta diversidad llego a la DIMENSIÓN COREOGRÁFICA: he tratado de ir más allá y descubrir la casta de humanos que somos como bailarines y docentes, como creamos y recreamos nuestras realidades (armar coreografías y trasmitir el sentir y lograr descubrirlo en cada bailarín) y el denominador común es el espíritu, el alma que le pongas a cada uno de tus frentes.
Los trabajos colectivos a nivel de artistas generalmente son los más complejos y se tornan verdaderos retos para sacar ese espíritu y mostrárselo al mundo en un solo lenguaje hablado por diversos cuerpos.
Me mantengo en que el espíritu, sincronización, cuerpo, mente y técnica tienen su función igual de sustancial como las operaciones aritméticas. Direccionarlas y obtener la DIMENSIÓN ARTÍSTICA de un conjunto no será fácil, pero será desafiante llevarlos a diversos niveles de espacios vehementes.
Pero, para ello, precisaremos mucha información técnica-emocional y manejar una comunicación bien delimitada, no solo para comprender la visión de cada artista, sino para convertimos en movimiento y pies. El mundo necesita artistas completos, artistas cabales cuya técnica será siempre aquel barniz de una pieza de madera, será el BRILLO, ¡SIN ÉL SEREMOS MADERA OPACA! Madera y espíritu, esta profunda fusión es la que debe marcar a nuestros artistas hoy en día, por ello hay que luchar, por ser completos, ¡consumados humanos y trasferir ello!
Nuestro arte aún en su disciplina y géneros requiere convencionalismo y protocolos, y aunque muchas veces estemos en contra de algunos, ¡haz de tus favoritos una oración y un credo!
Para la DIMENSIÓN BAILARÍN, el asunto es igual, hermosamente complejo, cada bailarín es un mundo, ¡¡cada bailarín es un dogma!!…los artistas concebimos el amor del arte y testificamos que es limitado por nuestros sentimientos de inocencia y culpa. Sentimos la inocencia con una conciencia tranquila o buena, así debemos sentirnos cada vez que bailamos, ¡será la mejor manera de lograr un buen proyecto o sueño!
Un sueño que requiere la cadencia de un bailarín, esto es algo que se asocia a la pausa, que al contrario que la técnica, no admite definición exacta o precisa, pero marca y determina el sello, el estilo personal de un artista. Digamos que la cadencia es la forma de interpretar propiamente la música. Cada uno la interpreta de manera personal, diferente, pues nos sugiere dimensiones diversas de sentimientos.
Porque el alma, ¡¡el espectro del movimiento se OBSERVA!!…Me gusta contemplar, examinar el espíritu de cada uno de mis artistas, se trata de sentir y después analizar, mirar, y después observar, eso es lo que me llama la atención como maestra, mujer y humano.
¡Y me honesto una vez más conmigo y declaro que los artistas somos los humanos más sensibles y eso debemos aprovecharlo. Hay que saber conducir este PODER! … ¡Si deseo ser visto, tú y el planeta me van a ver! … ¡Si quiero que me escuchen, lo voy a lograr y me van a escuchar!
¡¡En ello debemos pensar siempre y profundizar en todos los niveles de cada bailarín!! …¡¡LOGREMOS DESCUBRIRLO, la dimensión es infinita y placentera!! Hay agrupaciones, solistas y primeras bailarinas que manejan este poder, que entran a un salón de danza o al escenario, abrimos más los ojos y no los volvemos a cerrar hasta que desaparecen de nuestra mirada. De eso se trata, de ser un vigoroso y virtuoso artista.
La ecuación es tan simple, vista desde la óptica de la danza: Podemos estar en una jaula con el resto de situaciones, pero cuando bailamos LAS ALAS SE ABREN.
Crear, originar, obrar, imaginar, instaurar, trasmitir, aprender, ensenar, ¡¡son dimensiones por las que atravesamos, es de todos y de todo el día!!
Si bien tenemos fórmulas que conquistan una estética abarcadora, debemos recordar que no solo se trata de ponderar los impulsos, sino de ser perspicaz y consecuente con cada uno de los conceptos para obtener y aprovechar las dimensiones diversas de la danza.

El artista expresa su arte con el cuerpo, y el cuerpo y su estética son la expresión corporal de la danza. El arte es lo que nos deja indiferentes a los demás, lo que nos TRANSFORMA.
Como leí alguna vez: …El cuerpo, los sentimientos y pensamientos van mutando, a medida que la danza se hace consciente y presente. Algo más allá del cuerpo toma presencia y nos invade, se apodera de nosotros, guiando los movimientos desde el fluir auténtico y orgánico, desde la danza del alma. Es entonces, cuando nos hemos entregado, abandonado y ofrecido como bailarines, docentes, coreógrafos, artistas en las dimensiones interminables de la danza.
Siempre YESY.